Por Andrés Vacca
En una entrevista reveladora, el Arzobispo Carlo María Viganó advirtió nuevamente sobre los peligros de la dictadura del Partido Comunista Chino (PCCh) y sus conexiones con Joe Biden, el Vaticano y el Estado Profundo. También habló del fraude electoral que perjudicó al presidente Trump y la complicidad de los medios de comunicación.
Sin tapujos, el Arzobispo Carlo María Viganó durante una entrevista con Stephen Bannon, declaró que el PCCh está aliado con un “Estado global profundo” para cumplir con metas que tienen en común.
Para cumplir con estas metas, en primer lugar era necesario que el poder económico del régimen comunista chino se propague por todo el mundo invadiendo todos los mercados nacionales del planeta, tal como se viene evidenciando durante los últimos 40 años.
La tiranía maoísta ha implementado internamente en china la anulación de las religiones, reemplazandola por el poder del Estado y el Partido. Según declaró el arzobispo, esta idea del Estado reemplazando las creencias tradicionales y espirituales de la sociedad, tiene muchos elementos en común con la “religión universal deseada por la ideología globalista”, que tiene como líder espiritual al actual papa, Bergoglio.
Según Viganó, es clave la función de Bergoglio en este plan siniestro. Quién habría llevado a cabo una infame traición a los valores rectos de la iglesia católica. La “iglesia profunda” en este proyecto infernal, de la mano de Bergoglio, “ha privado a los católicos chinos de la indefectible defensa que el Papado siempre había sido para ellos”.
Tal como adelantó oportunamente The BL, nos encontramos ante una infame traición a la misión de la Iglesia Católica, llevada a cabo por sus máximos líderes en abierto conflicto con aquellos miembros de la jerarquía clandestina católica china que se han mantenido fieles a los valores tradicionales del Vaticano.
Cuando Bannon le preguntó al arzobispo sobre la relación entre el Estado Profundo, los globalistas y las recientes elecciones presidenciales en Estados Unidos, Viganó respondió:
“Simplemente considero quién es el adversario de Trump y sus numerosos vínculos con China, el estado profundo y los defensores de la ideología globalista. Pienso en su intención de condenarnos a todos a usar máscaras, como ha admitido con franqueza. Pienso en el hecho de que, indiscutiblemente, él es solo un títere en manos de la élite, que está lista para sacarlo en cuanto decidan reemplazarlo por Kamala Harris”.
También aclaró, que más allá de las formas e ideas políticas de cada uno, debiera existir un deseo universal que tiene que ver con que la victoria de aquel presidente que resulte electo esté garantizada en su absoluta legitimidad jurídica, algo que no estaría sucediendo en lo más mínimo.
Una enorme cantidad de denuncias serias sobre fraude ponen en duda el resultado de las elecciones, y el evidente accionar corrupto de funcionarios y jueces que no están cumpliendo con su deber, enturbian aún más el escenario.
En resumen Viganó declara: “por un lado, tenemos la administración Trump y los valores tradicionales que tiene en común con los de los católicos; por otro lado, tenemos el estado profundo del autodenominado católico Joe Biden, que está subordinado a la ideología globalista y su agenda perversa, antihumana, anticristiana e infernal.”
Finalmente Viganó reflexiona sobre la oportunidad que tienen los políticos en este momento, haciendo referencia al 6 de enero cuando tengan la opción de validar los votos electorales a Biden o no, para salvaguardar la integridad de la sociedad humana junto con sus “valores tradicionales de religión, familia, respeto por la vida, derechos inviolables de la persona humana y la soberanía nacional”.