Traducido de Natural News por Tierrapura.org

Los gobiernos de todo el mundo se han puesto ‘manos a la obra’ desde que estalló la pandemia en marzo. Los científicos, los expertos en salud y organismos enteros están dedicando su atención a controlar la transmisión del coronavirus.

De hecho, el Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos incluso anunció en octubre que suspenderá la recopilación de datos para la temporada de gripe de 2020-2021 debido a la pandemia en curso.

Es cierto que el COVIDView de la agencia –su vigilancia semanal de la evolución de COVID-19 en los EE.UU.- está proporcionando actualizaciones más detalladas que la InfluView -el informe semanal de vigilancia de la gripe- a pesar de ser la temporada de gripe.

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Pero mientras que la recolección de datos básicos para la época de la gripe sigue en curso, la suspensión proyectada por el CDC plantea varias preocupaciones. Por ejemplo, las autoridades de salud podrían estar contando los casos de gripe, que se espera sean menores este año, como casos de COVID-19. Las muertes por gripe podrían contarse junto con las de COVID-19 también.

Los expertos también observaron una tendencia que ha persistido desde que comenzó la pandemia: a medida que aumentan los casos de COVID-19, disminuyen los de gripe.

¿Gripe o COVID-19?

La mayoría de las personas que mueren por COVID-19 son aquellos con condiciones de salud preexistentes o comorbilidades. Pero las personas que dieron positivo en el test de COVID-19 y murieron más tarde, ya sea por COVID-19 o no, también se cuentan como muertes oficiales por COVID-19.

Una cosa que podría explicar este recuento aleatorio de las muertes por COVID-19 es el hecho de que los hospitales de EE.UU. reciben reembolsos por la atención relacionada con COVID-19, que incluye las muertes, debido a la Ley de Ayuda, Alivio y Seguridad Económica del Coronavirus (CARES).

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Pero según David Holcombe, director médico del Departamento de Salud de Luisiana, ese dinero no es para uso de los hospitales. Más bien, protege a los pacientes de que se les deje con una gran factura de hospital. Holcombe también dijo que el número oficial de muertes de COVID-19 está subestimado, no sobreestimado.

Pero otros profesionales y expertos en salud discuten esta afirmación. Nick Coatsworth, especialista en enfermedades infecciosas y uno de los subdirectores Médicos de Australia, dijo que determinar la causa de la muerte es complejo.

“Recuerdo que cuando era un médico junior, trataba de hacer certificados de defunción; no siempre es fácil”.

Senador estatal y médico investigados para cuestionar las muertes de COVID-19

Algunas autoridades gubernamentales y expertos en salud han estado cuestionando la legitimidad de las cifras oficiales de muertes por COVID-19 en los EE.UU. desde que el presidente Donald Trump firmó la Ley CARES en marzo.

Pero tales investigaciones han sido recibidas hasta ahora con críticas e intolerancia. A finales de junio, por ejemplo, la Junta de Práctica Médica de Minnesota investigó al senador estatal Scott Jensen. A Jensen, que también es médico de familia, también se le puso bajo revisión su licencia médica 

Jensen fue acusado de asesoramiento imprudente por su “voluntad de comparar el COVID-19 con los brotes de gripe”. La junta también alegó que Jensen estaba difundiendo información errónea sobre cómo se estaban clasificando los certificados de defunción de COVID-19. La investigación fue desestimada un mes después.

Se necesita un enfoque más transparente

Mientras tanto, Marc Trabsky y Courtney Hempton de la Universidad La Trobe y la Universidad Deakin, respectivamente, en Australia, dijeron que un buen compromiso de salud pública depende de la transparencia en la información sobre las muertes por COVID-19. Si las autoridades sanitarias no distinguen entre las personas que murieron a causa de COVID-19 y las que solo murieron con él, dificultan que el público comprenda el verdadero alcance de la enfermedad.

Por lo tanto, hacer esa distinción podría ayudar al público a comprender mejor el impacto del COVID-19, así como a informarse sobre las medidas de respuesta médica a la pandemia.

Además, si las autoridades sanitarias saben quiénes son susceptibles de morir a causa del COVID-19, entonces podrían proteger mejor a los grupos y comunidades vulnerables, añadieron Trabsky y Hempton. Mientras tanto, los gobiernos necesitan una información más transparente sobre lo que se cuenta como una muerte oficial por COVID-19.

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