El biólogo Fernando López-Mirones (Pontevedra, 1964) se ha convertido en una de esas voces que, desde el ámbito científico, se atreve a cargar públicamente contra los anuncios a bombo y platillo sobre los avances en las vacunas contra la covid-19. También contra el rol de Fernando Simón y la gestión de la crisis sanitaria por parte del Gobierno. Un discurso que le ha valido un buen puñado de seguidores… y de detractores.
El científico cree que la población no está siendo advertida de los riesgos que podría conllevar inocular ARN mensajero en seres humanos. Esta es la técnica experimental a la que han recurrido las empresas Pfizer/BioNTech y Moderna para la fabricación de sus respectivas vacunas.
Según explica López-Mirones a Vozpópuli, hasta la fecha, esta tecnología solo se ha probado en ratones, simios y tejidos. “Puede ser como matar piojos incendiando el pelo: los piojos van a morir, pero igual le acarreas a alguien otros problemas”, compara.
“Es imposible medir los efectos secundarios de una vacuna de ARN mensajero como las de Pfizer y Moderna en tan poco tiempo. Una vacuna, hasta su aprobación, tarda entre dos y once años y ahora estamos hablando de diez meses”, avisa el biólogo. Y añade que “es muy peligroso hacer ruedas de prensa con anuncios de empresas sin aclarar que estos nuevos productos suponen un enorme experimento y un mercado multimillonario”.
Especializado en Zoología, el biólogo también ha escrito y/o dirigido más de 130 documentales de naturaleza y antropología para National Geographic, BBC, Survival y otros grandes sellos. En 2014, su obra ‘Guadalquivir’ fue nominada a los Premios Goya. Es profesor de las asignaturas de Historia del Cine Informativo y de Documental Científico y de Investigación en la Universidad Villanueva de Madrid.
“Varias dosis todos los años”
“Nos venden la búsqueda de una sola vacuna para acabar de una vez con el coronavirus, pero esto no es la película Soy leyenda“, compara. La cinta está protagonizada por un científico militar, interpretado por Will Smith, que es el único hombre con vida tras la expansión de un terrorífico virus. La única solución es buscar un antídoto. “Aquí hay varias compañías desarrollando sus propios productos con ánimo de lucro. Son varias dosis todos los años y el que empiece a ponérsela, posiblemente, no va a poder parar de hacerlo”, añade.
López-Mirones explica que la técnica del ARN mensajero pasa por inocular “una suerte de molde con las instrucciones para que las células puedan generar proteínas del virus y después provocar anticuerpos“. “Las empresas hacen firmar a los gobiernos una exoneración de responsabilidades y esto tampoco se explica con claridad”, denuncia.
Según el biólogo, vacunar de manera precipitada a gran parte de la población por un virus muy contagioso pero con una mortalidad baja conlleva una serie de riesgos. Así lo ha divulgado en los últimos meses a través de YouTube, una plataforma que no había utilizado hasta el estallido de la pandemia. Sin embargo, el confinamiento le pilló justo cuando pretendía viajar al Océano Índico para grabar un documental y decidió entregarse a las redes sociales.
“Soy antivacunas precipitadas”
Algunos usuarios le tachan de “negacionista” y de “antivacunas”, pero el biólogo defiende que él mismo se ha puesto decenas de vacunas a lo largo de su vida. “Me planté en Vietnam en plena gripe aviar. No soy negacionista, pero soy antivacunas con tal urgencia y precipitación“, zanja. Dice que “los señuelos solo funcionan para los que aceptan todo” y que son estos los que “siempre crean algún término para etiquetar a los demás”.
Defensor acérrimo del discurso y de las llamadas a la prudencia de la científica Margarita del Val, López-Mirones no ha dudado en cargar públicamente contra Fernando Simón y la gestión del Gobierno de Pedro Sánchez. Una actitud que ha despertado aplausos, pero también críticas. “Yo no trabajo en ninguna institución. Si digo alguna tontería lo que me juego es mi prestigio y reputación, pero no dependo de nadie“, responde.
“Fernando Simón se ha convertido en un hombre de paja. Da la cara por el Gobierno, pero a estas alturas, científicamente hablando, no tiene sentido que siga en ese puesto”, considera. Y concluye: “Hagamos caso a los científicos jubilados y a las personas en activo con mucho prestigio, como es el caso de Margarita del Val. No tienen la presión de unos jefes y pueden hablar libremente”, opina.
Entre los diversos proyectos de vacunas contra la covid-19 que se encuentran en fase de desarrollo, dos de los más avanzados son precisamente los de Pfizer/BioNTech y Moderna. El tercero es el de Oxford y AstraZeneca, que han optado por utilizar una técnica “más tradicional” con adenovirus que afecta a chimpancés, modificándolo para que se parezcan al SARS-CoV-2.
Fuente: vozpopuli.com