Durante mucho tiempo hemos escuchado en España como expertos analistas, políticos, intelectuales y académicos nos relatan las grandes bondades de mantener y estrechar vínculos con China. Constantemente nos cuentan sobre las inversiones que el gigante asiático planea para España y de la enorme oportunidad que supone un mercado de 1400 millones de consumidores para las empresas españolas.
¿Pero, es esto realmente así? ¿Son rentables los intercambios comerciales con las empresas chinas para nuestra economía? ¿Qué aporta esto en realidad al ciudadano de a pie? ¿Cuáles son los riesgos de asociarse y de abrir nuestro mercado y nuestras empresas a compañías controladas por el régimen totalitario de Pekín?
El investigador principal del Real Instituto Elcano y profesor de la Universidad Autónoma de Madrid, Mario Esteban junto al ayudante de investigación Ugo Armanini publicaron el 28 de abril un análisis titulado: Las relaciones hispano-chinas y el COVID-19: luces y sombras de una cooperación imprescindible para España.
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Los autores analizaron la actual situación de las relaciones entre España y China en el marco de la actual pandemia que arrasó al mundo concluyendo, ya desde el título que esta relación es “imprescindible” para nuestro país.
Desde el más absoluto respeto que me inspira tanto la institución como el impresionante currículum del autor principal, el profesor Esteban, me gustaría exponer en este humilde editorial las razones por las que mi análisis de las relaciones bilaterales entre España y China, especialmente a la vista de los últimos acontecimientos me llevan a una conclusión frontalmente opuesta.
Repasemos los argumentos principales sobre los que se sustenta esa hipótesis:
- La percepción positiva que tienen los españoles de China en base a la 41ª oleada del Barómetro del Real Instituto Elcano realizada el 19 de marzo, apenas una semana después de comenzar el estado de alarma que paralizó la economía española y durante el cual perdieron la vida más de 30.000 españoles.
- Como segundo argumento los autores entienden que “ha sobresalido el papel de China como proveedor de equipos y suministros médicos a España” y que esto además coincide con “el sentir de la opinión pública española que identifica a China como el segundo aliado preferido fuera de la UE (34) por detrás solo de EE. UU. (58).
- Finalmente, los autores destacaron la voluntad política de reforzar la relación con el PCCh demostrada por el ejecutivo de Pedro Sánchez durante una llamada telefónica con el líder chino Xi Jinping el 17 de marzo. Una predisposición a desarrollar aún más unas relaciones que califican de ‘privilegiadas’ entre ambos países y que según los autores estaría condicionada por varios factores:
- Cómo esto podría afectar las relaciones con otros históricos aliados de España, como Estados Unidos, el socio más valorado por los españoles fuera de la Unión Europea.
- Cómo valoran las empresas y autoridades españolas la dependencia de la dictadura china en sectores esenciales y estratégicos como los medicamentos y las telecomunicaciones, en concreto la tecnología 5G.
- Otro elemento que podría alterar este clima de ‘entendimiento’ sería la política interna. En particular, el partido conservador VOX, tercera fuerza política en el Congreso de los Diputados ha mostrado su disconformidad sobre cómo el PCCh gestionó esta crisis sanitaria y reclamó, al igual que muchos líderes mundiales, una investigación a fondo sobre los orígenes de esta crisis sanitaria.
El análisis, no obstante, reconoció que si bien “China se ha significado como un socio imprescindible de España” también se evidencian “algunos de sus problemas de gobernanza y las limitaciones de su cooperación” y añadió que China y España son dos países que “se ayudan mutuamente en momentos de dificultad”.
En el contexto de un análisis sobre las consecuencias de la pandemia de coronavirus, me arriesgaré a interpretar que estos “problemas de gobernanza” hacen referencia a cómo las autoridades de la dictadura comunista china ocultaron el brote, silenciaron a los médicos que trataron de alertar, les obligaron a mentir públicamente ‘confesando’ que habían difundido ‘bulos’ -la palabra de moda- e hicieron desaparecer a algunos periodistas ciudadanos que informaron sobre la situación en China durante los primeros días de la crisis sanitaria.
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Y es que, en este contexto, la cooperación con el régimen dictatorial chino está siendo cuidadosamente evaluada por muchos estados que exigen explicaciones a Pekín por ocultar y destruir muestras de un virus nuevo y altamente contagioso, permitiendo que este se extendiera por el mundo mientras la dictadura expoliaba de material sanitario al mundo a través de su diáspora y trataba de contenerlo únicamente en su territorio.
El monopolio sanitario del PCCh
La percepción de los españoles con respecto a China cambió radicalmente tras esta pandemia. Si bien antes de esta grave crisis sanitaria ‘made in China’, los ciudadanos, bombardeados durante décadas con una narrativa extremadamente condescendiente con la dictadura de Pekín, parece que han abierto los ojos a la verdadera cara del régimen.
Y no solo nuestro país, una reciente encuesta reveló que en EE. UU., España, Reino Unido, Australia y otras 10 naciones las opiniones desfavorables sobre el régimen de Pekín son las más altas de la historia.
Es, también, muy relevante el papel del régimen totalitario chino en cuanto a suministros sanitarios se refiere, pero no por la razón que esgrimen los autores, sino más bien por la contraria. ¿Les gustaría a ustedes depender para el suministro de las medicinas que pueden salvar su vida de los cárteles de narcotraficantes de Latinoamérica?
Pues actualmente, no solo España, casi todo el mundo depende del régimen totalitario chino para conseguir medicamentos y material sanitario, un régimen con gemelo desprecio por la vida humana y casi idéntica aversión al imperio de la ley.
De hecho, si algo ha puesto de manifiesto esta crisis sanitaria es que el régimen chino no ha dudado en utilizar ese monopolio con fines exclusivamente políticos.
En febrero el gobierno español junto al gobierno británico envió dos cargamentos de material sanitario a Wuhan. En concreto el segundo envío que salió el 6 de febrero incluyó más de medio millón de mascarillas, gafas médicas y toallitas higiénicas.
Cuando el virus azotó España, tanto la comunidad china en nuestro país como la embajada aparentemente hicieron lo propio. Sin embargo, la diferencia entre ambas actuaciones radica en varios detalles que no son menores.
Las donaciones que realizó la comunidad china se llevaron a cabo en medio de una meticulosa campaña de propaganda diseñada para hacer brillar la ‘buena voluntad’ de los residentes chinos en España que corrieron a ayudar a los españoles, mientras que la donación española a China fue ignorada casi por completo en medios españoles.
Lo que no se cuenta es que fueron esos mismos residentes chinos los que en enero y por orden de la embajada arrasaron con todo el material sanitario que estaba a la venta en España dejándonos completamente desabastecidos.
También se ocultó que esto era parte de un operativo coordinado a nivel mundial que desabasteció a todo el planeta del material imprescindible para hacer frente a la pandemia cuando, debido a la información falsa del PCCh, nadie intuía el drama que acechaba.
Un devastador informe de Médicos contra la Sustracción Forzada de Órganos (DAFOH), probablemente la organización más importante del mundo que denuncia la sustracción forzada de órganos a presos de conciencia en China, documentó cómo la dictadura comunista “creó una escasez global una global de mascarillas para luego elegir cómo y cuándo distribuir la ‘ayuda’”. Uno de los objetivos habría sido crear una brecha entre los países europeos siguiendo una trayectoria de divide y vencerás minando primero las relaciones entre países y luego apareciendo como el salvador que envió mascarillas a las regiones más necesitadas. Esta estratagema no se limitó a Europa, en Australia, por ejemplo, la comunidad china llenó contenedores completos de material sanitario y lo enviaron a China.
El informe titulado Desenmascarando la pandemia COVID-19, reveló además cómo el régimen totalitario de Pekín `persiguió con esta ‘diplomacia de las mascarillas’ utilizar los corredores, puertos y centros logísticos de la Iniciativa de la Franja y la Ruta para posicionarse como el líder mundial en atención sanitaria, una ambición que el líder chino, Xi Jinping, bautizó como la “Ruta de la Seda de la Salud”.
En el caso de España, estas ‘donaciones’ más parecieron las muestras gratuitas que los comerciales regalan a sus clientes para seducirles que una ayuda realmente significativa, como la propia embajada china explicó en un comunicado.
“China ha decidido proporcionar urgentemente un lote de asistencia de material médico de acuerdo con las necesidades de España y abrir canales comerciales para que España importe equipos de protección personal y equipos médicos muy necesarios”, dijo la Embajada de China en un comunicado.
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Y así fue, la donación oficial más importante que enviaron las autoridades chinas consistió en un cargamento de 834 kits de diagnóstico para 20.000 personas, 50.000 mascarillas, 10.000 batas, 10.000 gafas de protección, 10.000 pares de guantes y 10.000 pares de cubre zapatos, todo ello valorado en poco más de 200.000 euros y por el contrario las compras realizadas por las autoridades sanitarias españolas a fecha de finales de marzo sumaron los 1.000 millones de euros, y contando…
China es el principal productor mundial de material sanitario, así como de medicinas y componentes de medicamentos, un sector estratégico cuyas cadenas de suministro fueron entregadas por las multinacionales farmacéuticas casi en exclusiva a las empresas chinas y que esta crisis reveló como un error estratégico que ahora muchas potencias, como Japón, India o EE. UU. tratan de corregir.
Las “subastas salvajes” de material médico chino a precios hasta 28 veces superiores a su valor normal y además en demasiados casos defectuoso, inservible y muy peligroso, debería hacernos reaccionar y estudiar la mejor manera de dejar de depender para el suministro de bienes tan esenciales para la vida humana -como los medicamentos- de una dictadura que no respeta las reglas de juego internacional en ningún ámbito y que rechaza someterse a control o escrutinio alguno, sea externo o interno.
Déficit comercial crónico España – China
Tienen razón los autores del Real Instituto Elcano cuando describen el “consenso que han mantenido durante casi cuatro décadas el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y el Partido Popular (PP) sobre la conveniencia de mantener unas relaciones privilegiadas con China”. Lo que no se explica muy bien es en qué consisten esas ‘relaciones privilegiadas’ con la dictadura comunista china.
Según el ICEX, el comercio bilateral de bienes España-China se caracteriza por un déficit crónico que en 2018 se cifró en 20.632 millones de euros, un 3,8% más que el año anterior. En el periodo enero-junio de 2019 el déficit comercial con China ascendió a 10.891 millones de euros, un incremento de un 16,5% respecto al mismo periodo del año anterior.
Por el contrario, el comercio de productos y servicios con Estados Unidos, ese ‘enemigo’ contra cuyo “proteccionismo y unilateralismo” el gobierno de Pedro Sánchez se comprometió a combatir junto al régimen autoritario chino en noviembre de 2018, muestra saldos positivos.
Según los datos del Instituto de Comercio Exterior (ICEX) de España, si bien la balanza comercial de bienes mostró en 2018 un saldo deficitario de 361 millones de euros, el comercio bilateral [con EE. UU.] de servicios ofreció un saldo positivo de 1972 millones de euros en el mismo período.
Estados Unidos es para España el socio comercial más importante en la región y el cuarto destino de nuestras exportaciones tras Reino Unido, Francia, y Alemania.
¿Puede alguien entender que un estado democrático, como España, ponga en riesgo sus relaciones con otra democracia, como Estados Unidos, que además es nuestro cuatro comprador mundial de productos y servicios para posicionarse junto a un régimen totalitario asesino y represor que drena nuestra prosperidad económica y nuestra libertad?
No, nadie a quien se le explique la realidad con datos reales entendería ese suicidio democrático y económico.
Pero mientras los ‘expertos’ sigan afirmando que la cooperación con la China totalitaria es ‘imprescindible’ para España sin contextualizar los datos objetivos y sin hacer análisis reales de la situación dentro y fuera de nuestro país, mucha gente lo creerá.
Lo único imprescindible, en lo que a China se refiere, es la necesidad urgente y perentoria de denunciar al régimen asesino que ha traído la muerte y la represión a su pueblo durante décadas y ahora también a nuestra casa.
Hay que desvincularse del Partido Comunista Chino ya. Dar un corte seco y limpio y pedir que se lo juzgue ante la Corte Penal Internacional por genocidio continuado contra su pueblo y contra la gente del mundo.
La caída del régimen es una inevitabilidad histórica, sucederá más pronto que tarde. Lo que cada uno de nosotros debe decidir ahora es en qué lado de la historia quiere ser recordado.
Su humilde servidora lo tiene claro, ¿usted?
Por: Sandra Flores
Fuente: China Watch Institute.