Los brazos del régimen chino se extienden durante la pandemia, gracias a la ambición por dar con la vacuna contra el COVID-19. En ese intento, hackers de ese país habrían atacado varios centros de investigación en Japón.
Para dicho ataques, los hackers enviaron correos electrónicos con archivos adjuntos, que parecían estar relacionados con el nuevo virus, pero en realidad contenían virus informáticos, reseñó The Japan Times
La firma estadounidense de seguridad de la información, CrowdStrike, señaló que llegaron a esta sospecha tras analizar las técnicas empleadas por los piratas informáticos.
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El medio japonés agregó que según CrowdStrike esta usurpación a los archivos confidenciales ocurre desde abril. En Japón, tanto la Universidad de Tokio, la Universidad de Osaka, así como el Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas, se han sumado a la carrera.
Además, la Agencia Japonesa de Investigación y Desarrollo Médico (Amed) ha adoptado 20 proyectos de vacunas llevados a cabo por universidades y empresas privadas, entre ellas las principales compañías farmacéuticas, Takeda Pharmaceutical Co. y Daiichi Sankyo Co. La agencia patrocinada por el Gobierno asigna hasta 10 000 millones de yenes por proyecto (100 millones de dólares), reseñó el diario japonés.
Ataques en más países
La búsqueda de la vacuna contra el COVID-19 se ha vuelto una preocupación mundial. En distintos países se están desarrollando versiones y eso le ha servido al régimen chino para querer infiltrarse.
El gobierno de los Estados Unidos acusó en julio de este año a la inteligencia de China de apoyar los ciberataques de dos hackers chinos contra empresas de 11 países, entre ellos España, con el fin de robar datos de la vacuna para la COVID-19 y secretos de tecnología militar, reseñó Efe.
Para más detalles, el Ministerio de Seguridad de Estado chino les daba la información sobre las debilidades que tenían estas empresas en sus softwares y les prestaba ayuda personalmente. La complicidad del régimen comunista era evidente, de acuerdo con el informe de los fiscales de EE.UU.
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Según Efe, los hackers atacaron al menos 13 empresas en EE.UU. y a otras 12 compañías localizadas en 11 naciones: Australia, Bélgica, Alemania, Japón, Lituania, Países Bajos, Corea del Sur, España, Suecia y Reino Unido.
Dentro de sus objetivos estaba el robo a programas militares para proteger a satélites, sistemas láser de gran potencia, así como otros programas avanzados.
Los ataques también incluyeron a cinco empresas farmacéuticas en EE.UU., una de las cuales contaba con ensayos bastante adelantados, porque ya había hecho pruebas en humanos.
Los abusos de China
China suma cada vez más abusos a su lista. Un país caracterizado por violaciones a los derechos humanos y por la corrupción política de sus gobernantes, bajo el mandato de Xi Jinping.
Parte de los atropellos que se han cometido en China, señalados por el mundo, ha sido el impulso de una ley de seguridad nacional en Hong Kong. Una legislación catalogada como «la mayor amenaza a los derechos humanos en la historia reciente» de este territorio, según Amnistía Internacional.
Para Amnistía, Pekín busca «gobernar Hong Kong a través del miedo de ahora en adelante», y advierte de la posibilidad de que se utilice la ley de seguridad nacional contra candidatos del movimiento prodemocrático.
Esta no ha sido la primera vez que el régimen chino ha querido aplastar a quienes le adversan. Hong Kong es el ejemplo más palpable. Este territorio con más de 7 millones de habitantes y un manejo ejemplar del coronavirus, tampoco es reconocido por la ONU, donde China es uno de los cinco países con poder de veto en el Consejo de Seguridad.
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La ONU también ha sido un centro de recepción de quejas sobre China por parte del mundo por su dudoso proceder en otros tópicos. En una oportunidad, 39 países a través de una declaración conjunta denunciaron el abuso contra los derechos humanos de la minoría étnica uigur en la región china de Xinjiang.
En el documento resaltan la existencia de una gran red de campamentos de reeducación política donde se comenten graves crímenes.
«Una vigilancia generalizada sigue centrándose sobre los uigures y otras minorías y están apareciendo más informaciones de trabajos forzados y contracepción forzosa, incluidas esterilizaciones», señaló el grupo de 39 países en el comunicado.
Fuente: Panam Post