Traducido de Bitter Winter por Tierra Pura

Cada vez más criticado por la comunidad internacional por la represión de las personas de fe, el régimen comunista chino impone medidas más estrictas para encubrir sus crímenes.

Por Gu Xi

Unos meses después del lanzamiento de nuestro portal Bitter Winter, el Partido Comunista chino (PCCh) lo designó como un “sitio web hostil en el extranjero” por exponer la persecución religiosa en China. Las autoridades policiales continuamente rastrean, investigan y arrestan a nuestros corresponsales por “filtrar secretos de Estado” y acosan a las personas que comparten dicha información. Para protegerlos, a menudo no podemos revelar todos los detalles sobre los casos denunciados y debemos utilizar seudónimos. A medida que el PCCh impone implacablemente medidas de control y vigilancia más estrictas, se ha vuelto peligroso para las personas de fe revelar casos de persecución religiosa.

Según varias fuentes en el norte de China, las autoridades locales convocaron recientemente a más de 100 miembros del clero cristiano para interrogarlos sobre los documentos gubernamentales informados por Bitter Winter .

“Los documentos se distribuyeron a todas las iglesias de la zona, pero el gobierno se puso muy nervioso”, dijo una de las fuentes a Bitter Winter .

Los cristianos revelaron que durante los interrogatorios los principales líderes del régimen estaban molestos por el hecho de que los documentos relacionados con asuntos religiosos están expuestos en los medios de comunicación extranjeros, y el régimen “no escatima en costos” para investigar tales filtraciones. Amenazaron con condenar a todos los filtradores a largas penas de prisión una vez descubiertos, y castigar a sus familias.

“Los interrogatorios fueron extremadamente rigurosos, las preguntas fueron muy detalladas, se hicieron una y otra vez, para averiguar si las respuestas eran consistentes”, reveló un diácono de las Iglesias de las Tres Autonomías. Muchos de los interrogados dijeron después, que no volverían a hablar de persecución religiosa.

Según una fuente del sureste de China, las autoridades provinciales iniciaron recientemente una investigación sobre los procedimientos de presentación de documentos en las instituciones estatales. Se prohibió el acceso público a todos los documentos relacionados con asuntos religiosos emitidos después de 2018, y se ordenó que los registros relacionados con la represión de grupos religiosos designados como xie jiao se manejen con especial cuidado y secreto.

“Si se descubre que falta algún documento, se investigará a las personas a cargo”, reveló la fuente, y agregó que el contenido de todas las reuniones sobre temas religiosos ahora se considera confidencial.

Un diácono de la iglesia Thee-Self en el área le dijo a Bitter Winter, que los miembros del clero de lugares religiosos administrados por el Estado fueron convocados para una reunión el año pasado sobre filtraciones al exterior que revelan el control del régimen sobre las religiones. Los funcionarios presentes en el evento advirtieron que investigarían todos los canales a través de los cuales se había filtrado dicha información.

“Cualquiera que tome una foto con un teléfono celular en la iglesia puede ser interrogado ahora”, agregó el diácono.

Un director de la iglesia de las Tres Autonomías que participó en la reunión dijo que los lugares religiosos ya no podían publicar información en las redes sociales ni distribuir fotos a voluntad. “El gobierno puede considerar cualquier información compartida como una filtración de secretos de estado, o un peligro para la seguridad del estado”, explicó.

Incluso los avisos emitidos por el régimen, sobre cierres de lugares de reunión, ahora se consideran secretos y su distribución está prohibida. Un diácono de una iglesia doméstica de la provincia central de Henan le dijo a  Bitter Winter que a principios de este año, el aviso sobre el cierre de su iglesia se difundió ampliamente en las redes sociales, y los medios de comunicación extranjeros informaron más tarde sobre el caso. Poco después, el director del lugar fue interrogado por la Oficina de Asuntos Religiosos sobre cómo se había compartido el aviso y fue reprendido por “causar grandes problemas”.

Tales investigaciones hacen que las personas de fe sean cada vez más cautelosas, y no estén dispuestas a hablar de persecución religiosa por temor a represalias del régimen.

“Si el gobierno teme que sus actos sean revelados, debe dejar de perseguir a las religiones”, dijo un pastor de una iglesia doméstica, que fue demolida por orden del PCCh.

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