En España, al menos tres estudios han apuntado a la interferencia de la vacuna de la gripe en la tasa de afección de Covid19 (Virus PCCh), en mayores de 65 años. Aún así, las autoridades sanitarias españolas han decidido extender al máximo la vacunación de la gripe en los mayores, adelantando la campaña a octubre.

Estudios estadísticos han denunciado la interrelación, sin embargo el Gobierno de Sánchez (que ya admitió que su Comité de Expertos nunca existió y que nos mintió descaradamente) está optando por desoír las advertencias de esos estudios y descalificarlos. ¿Imprudencia?, ¿otros intereses por encima de la salud de todos los españoles? Vayamos por partes.

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En el mes de junio vió la luz el primer estudio en España advirtiendo de que el mayor número de muertes se había producido entre las personas mayores de 65 años que habían sido vacunadas. Fue el Informe de los profesionales sanitarios del Hospital de Barbastro en Huesca.

En dicho estudio quedó reflejado que “la tasa de fallecimiento en los vacunados registrados cuadruplica la de los no vacunados, para una muestra ya importante de 94 individuos”. Las estadísticas de Huesca son las que son, y los profesionales del Hospital de Huesca en su afán por averiguar la verdad -que debiera corresponder mayormente al Ministerio de Sanidad- lanzaron en su informe la hipótesis de que quizá uno de los componentes de la vacuna antigripal (o de la influenza) destinada a los mayores de 65 años, el Polisorbato 80, tóxico y mutagénico, habría podido interferir negativamente con la enfermedad del Covid 19, (dicho componente no estaba presente, como señala el estudio, en las vacunas de la gripe estacional destinadas a los sanitarios y a los menores de 65 años).

El estudio en cuestión lleva por título ‘Posible causa de la pandemia por coronavirus: Interferencia inmunológica entre el POLISORBATO 80 de la vacuna antigripal adyuvada y el SARS-CoV-2‘, cuyos autores son J. F. Gastón Añaños, A. Martínez Giménez y E. M. Sahún García, de los servicios de Farmacia y Medicina Preventiva del Hospital de Barbastro (Huesca):

El objetivo de este estudio es analizar la pandemia por coronavirus desde el doble punto de vista de la Farmacoepidemiología y la Farmacovigilancia.

Partiendo de un análisis epidemiológico de las defunciones por COVID-19 en el Sector Sanitario atendido por el Hospital de Barbastro, y del estudio de la historia farmacoterapéutica de los pacientes afectados, se encontró que el fármaco más común a todos los fallecidos era Chiromas®. Esto llevó a plantear la hipótesis de que la vacunación antigripal de la campaña 2019-2020 pudiera estar asociada a un mayor riesgo de fallecimiento por COVID-19 en mayores de 65 años, es decir, a la sospecha de una posible yatrogenia, sospecha que se confirmó al acceder a datos de otro sector.

Se revisa la situación actual de la Farmacovigilancia de las vacunas en España, buscando una vía de comunicación de la citada sospecha que resulte ágil y dinámica. Se aprecia un aparente exceso de confianza en la seguridad de las vacunas, muy alejado del principio de prudencia. Se plantea un posible mecanismo de acción para la hipótesis de la interferencia inmunológica con el POLISORBATO 80 parenteral, y se confronta el grado de concordancia de los datos esperados frente a los observados, llegando a la conclusión de que la hipótesis podría resultar válida, por lo que se decide publicarla.

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Un segundo trabajo, fechado el 29 de junio, esta vez, llevado a cabo estrictamente a título personal por Juan F. Gastón Añaños apunta en la misma dirección: ‘Hipótesis: Posible interferencia inmunológica entre el polisorbato 80 de la vacuna antigripal adyuvada y el Sars-CoV-2 como causa de la pandemia por coronavirus’.

“Los colectivos más afectados en España por el COVID-19 han sido y siguen siendo los mayores de 65 años, personas con enfermedades crónicas, sanitarios y miembros de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. La coincidencia casi total con los colectivos a los que va dirigida la campaña de vacunación antigripal fue un indicio sugerente de una posible correlación, y fue el punto de partida del estudio”.

Después llegó el estudio estadístico publicado por Jon Ander Etxebarria Gárate, Decano del Colegio de Biólogos de Euskadi, el 6 de agosto: ‘Reflexiones del Decano del Colegio de Biólogos de Euskadi sobre las medidas adoptadas en la crisis de la COVID-19‘.

“Realizando un estudio estadístico con relación a vacunación de la gripe y tasa de mortalidad por 100.000 habitantes, se aprecia que los estados donde se da la mayor vacunación de la gripe en personas mayores de 65 años, como Bélgica, España y Reino Unido, son los de mayor tasa de mortalidad por 100.000 habitantes de Europa”.

“En principio, hay que tener en cuenta que el coronavirus siempre ha formado parte, en una pequeña proporción, de las cepas que componen el virus de la gripe, y por otra parte en la vacuna de este año se ha incluido la cepa de la gripe A”.

“Al analizar las gráficas anteriores vemos que el mayor número de contagios se ha dado en dos sectores principales, las personas mayores y los profesionales sanitarios, estando todavía más claro con los fallecidos, ya que la mayoría pertenecen a las poblaciones de riesgo y de edad mayor de 64 años, coincidiendo precisamente con el espectro de población que se ha vacunado de la gripe, los profesionales sanitarios, las personas mayores y sobre todo las personas que están en residencias”.

Contemplando dichas gráficas que analizan las ratios de mortalidad relacionadas con el porcentaje de vacunación en mayores de 65 años, observamos que los países con mayor prcentaje de vacunación de la gripe en mayores de 65 años como Reino Unido, España y Bélgica, con tasas superiores al 60% son los que presentan una mayor mortalidad, entre 60 y 80 por 100.000 habitantes. Por el contrario, Austria, Noruega, Alemania y Dinamarca, cuyos niveles de vacunación en mayores de 65 años son del orden del 20 al 40%, presentan unas tasas de mortalidad muy bajas, entre 5 y 10 por 100.000 habitantes.

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Estas estadísticas que relacionan la vacunación de la gripe y la enfermedad Covid19 parecen no gustar nada al Gobierno de España; ni a las compañías farmacéuticas, ¡qué duda cabe! España es el primer país de Europa y el cuarto del mundo en ensayos clínicos, y la industria farmacéutica produce en nuestro país 15.200 millones de euros.

Pero la salud de todos los españoles merece un respeto, y sobre todo prudencia, ¿no les parece? Sería fácil desde luego, y debiera ser así, que el Ministerio de Sanidad despejara con datos claros, también estadísticos sobre la situación acaecida en España, que estos estudios de alerta están equivocados. Solventar la más mínima duda antes de emprender la siguiente campaña de vacunación de la gripe estacional. Pero no es así. Bueno, ya sabemos que este Gobierno -denunciado por omisión del deber de socorro y homicidio imprudente– se ha resistido siempre a dar cifras claras, bajo su imperio de la confusión, y cuando las ha dado no le cuadran.

Pero si los profesionales del Hospital de Huesca muestran las estadísticas con las que cuentan, ¡muchas más estadísticas tiene el Ministerio de Sanidad! Datos que podrían confirmar o desmentir, en pos de la verdad. Pero, ¿dónde están esas estadísticas? No se han publicado, no se han dado a conocer. El Ministerio de Sanidad se apresuró a decir al día siguiente de conocer el segundo documento de Barbastro, en su nota del 30 de junio de 2020: “No hay evidencia científica que justifique un mayor riesgo de infectarse por SARS-CoV-2 o de padecer COVID-19 de mayor gravedad por haber recibido una vacuna frente a la gripe”.

Y esta humilde periodista se atreve a preguntar: ¿Es que las estadísticas no son en sí mismas una evidencia científica? ¿O es que ahora, como no interesa, no se tienen en cuenta las estadísticas?

Sin respuestas claras, sin despejar dudas, sin presentar mayores datos estadísticos que obran en poder del Ministerio y que podrían aclarar; sin prudencia – en definitiva, como viene siendo habitual en el Ejecutivo de PSOE-Podemos-, nos embarcan de nuevo en una nueva campaña de vacunación antigripal, con anuncio de adelanto para septiembre aunque finalmente está fijada para inicios de octubre.

Y vuelta la mula al trigo, “se hará especial énfasis en aquellas personas que conviven en instituciones cerradas”. Este año, igual: los ancianos de las residencias, mayores de 65 años, serán los “grupos de población diana de vacunación antigripal”.

“Los objetivos para la temporada 2020-2021 son alcanzar o superar coberturas de vacunación del 75% en mayores, preferentemente a partir de 65 años y en el personal sanitario y sociosanitario, así como superar el 60% en embarazadas y en personas con condiciones de riesgo”. Todo parece un despropósito y cuanto menos sorprendente.

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El drama que ha sufrido España y los españoles, sobre todo en las residencias de ancianos, donde prácticamente la generalidad de los residentes son vacunados de la gripe cada año, podría volver a producirse si estos estudios están en lo cierto; por lo tanto y hasta despejar cualquier mínima duda, la vacunación de la gripe estacional debería haber sido parada de inmediato. ¿Dónde está el sentido común? El menos común de los sentidos, sin duda. ¿No debería haber sido eso lo primero que obrasen todos los gobiernos, sin otros intereses que la salud de sus ciudadanos?

Finalmente, los estudios estadísticos han sido minusvalorados, descalificados o desoídos y el Ministerio de Sanidad ha fijado que la vacunación se adelanta para todas las Comunidades Autónomas a la primera semana de octubre, y se hace coincidir además con la inoculación de otras vacunas como la del neumococo, “para ahorrar un trámite”; También, se han comprado mucha más cantidad de vacunas de la gripe estacional:

  • Un 25% más de dosis, en Castilla La Mancha.
  • 50.000 dosis más que la temporada anterior en Madrid.
  • Un 20% más de dosis para La Rioja.
  • Málaga duplica su cargamento de vacunas contra la gripe.
  • La Junta de Andalucía prevé la instalación de carpas fuera de los centros de salud para poner inyecciones y los sanitarios se desplazarán a las residencias de ancianos.
  • El ministerio ha realizado una compra extraordinaria de 5 millones de dosis para reforzar a las comunidades autónomas.

La presión del sector farmacéutico debe ser enorme, no me cabe duda, y ya se palpa claramente como muy fuerte si analizamos declaraciones de otros profesionales, ¿conflicto de intereses?, ¿miedo a contradecir la versión oficial? También extraña la plena coincidencia en el relato por parte de los grandes medios de comunicación, subvencionados por el Gobierno.

¿Estamos siendo capaces, los ciudadanos, de exigir a quienes nos gobiernan que miren primero, y por encima de todo, por nuestra salud? La plataforma de Médicos por la Verdad, conformada por cientos de médicos, también señaló y exigió, desde los orígenes de su formación, detener esta campaña de vacunación antigripal, que ya tenemos encima, hasta esclarecer todos los puntos oscuros de la pandemia. Todo, ¡voces en el desierto!
Aún así, lo escrito, escrito está y las advertencias están ahí.

Fuente: Actuall

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