En un importante discurso pronunciado el jueves pasado en la Biblioteca Nixon en Yorba Linda, California, Mike Pompeo apuntó fuertemente a China expresando el desequilibrio en las relaciones diplomáticas con el Partido Comunista Chino e instando a los países libres a unir fuerzas para detener las intenciones de una hegemonía mundial por parte del régimen que lidera Xi Jinping.
El Secretario de Estado Mike Pompeo volvió a hablar de China en medio de las crecientes tensiones entre ambos países. El pasado jueves 23 presentó un vacilante discurso en la Biblioteca y Museo Presidencial Richard Nixon, en el que expresó la necesidad de decirle “suficiente” al Partido Comunista Chino, e instó a los países libres a unir fuerzas para lograrlo.
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El discurso fue el cuarto de una serie de discursos de funcionarios de la administración para explicar lo que Pompeo llama “la relación de Estados Unidos con China y los desequilibrios de esa relación”.
En su relato habló sobre los comienzos de las relaciones diplomáticas de los Estados Unidos con la China comunista durante la década del ‘70, cuando el presidente Nixon tenía intenciones de “inducir el cambio” de las conductas de China hacia un país más libre, mediante la apertura al mundo de su economía en bancarrota. Pero Pompeo dijo que “el mundo era muy diferente entonces”.
El Secretario de Estado hizo fuerte hincapié en la amenaza que China significa para la economía, la libertad y el futuro de las democracias en Estados Unidos y el resto de los países libres del mundo.
“El presidente Nixon dijo una vez que temía haber creado un “Frankenstein” al abrir el mundo al PCCh, y aquí estamos”, dijo Pompeo.
También aseguró que “el compromiso ciego” con China no funcionó y que “Las naciones del mundo amantes de la libertad deben inducir a China a cambiar… de manera más creativa y asertiva, porque las acciones de Beijing amenazan a nuestro pueblo y a nuestra prosperidad”.
“La verdad es que nuestras políticas, y las de otras naciones libres, resucitaron la economía en quiebra de China, solo para ver a Beijing morder las manos internacionales que la alimentaban”, dijo Pompeo.
Además dijo que el ejército de China se había vuelto “más fuerte y más amenazante” y que el enfoque hacia Pekín debería ser “desconfiar y verificar”, adaptando el lema de “confiar pero verificar” del presidente Ronald Reagan sobre la Unión Soviética en la década de 1980. Sin embargo no dijo que los Estados Unidos romperían los lazos diplomáticos con China. “Para que quede claro, seguiremos hablando. Pero las conversaciones son diferentes hoy en día”.
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Señaló que China ha respondido al tratamiento económico especial con silencio sobre sus abusos contra los derechos humanos y robando propiedad intelectual, costando a los estadounidenses sus empleos.
Las tensiones entre Estados Unidos y China han aumentado considerablemente en las últimas semanas en medio de la pandemia del virus del PCCh (virus del Partido Comunista chino), la decisión de Beijing de restringir las libertades en Hong Kong, las continuas tensiones comerciales y los reclamos territoriales en el Mar del Sur de China.
El martes pasado, Washington ordenó a China cerrar su consulado en Houston, Texas, “para proteger la propiedad intelectual estadounidense y la información privada de los estadounidenses”.
El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Wang Wenbin, calificó la orden de cierre como “calumnia maliciosa”, y dijo que la medida “irrazonable” había “dañado gravemente” las relaciones.
En respuesta, China recientemente ordenó cerrar el consulado de los Estados Unidos en la ciudad occidental de Chengdu, devolviendo así con la misma moneda.
“No se puede tratar a China como una “nación normal y respetuosa de la ley”, dijo Pompeo en relación a cómo Beijing toma a los acuerdos internacionales como un medio para el dominio global.
Haciendo eco a los comentarios que hizo después de reunirse con los líderes británicos en Londres esta semana, Pompeo dijo que “tal vez es hora de una nueva agrupación de naciones de ideas afines, una nueva alianza de democracias”, y agregó: “Si el mundo libre no cambia, la China comunista seguramente nos cambiará”.
Cecilia Borrelli