La renovación del swap con China y el encuentro entre Cancillería y Huawei encienden una pregunta: qué exigirá el país asiático para cobrarnos su ayuda
El pedido de Alberto Fernández, China renovó el swap por u$s8.500 millones que venció el 17 de julio y estaba vigente desde diciembre 2015. El nuevo acuerdo permitirá que el Banco Central mantenga su nivel de reservas brutas para que sean utilizadas en caso de necesidad.
El swap técnicamente no es un préstamo, sino un intercambio de monedas que pasan a integrar las reservas sin generar ningún costo. Sin embargo, ante una crisis cambiaria, el Banco Central puede transformarlo en dólares para intervenir, aunque esta operación no es inmediata.
“La renovación de este instrumento fue tema de uno de los primeros contactos que el presidente Alberto Fernández mantuvo con China“, indica a iProUP Patricio Giusto, director del Observatorio Sino-Argentino y docente del Programa Ejecutivo sobre China Contemporánea de la UCA.
El experto agrega que además se especula con una posible ampliación de ese swap que no fue confirmada todavía. “Se trata de un gesto de apoyo más de China hacia Argentina“, remarca.
En tanto, el economista Martín Polo afirma a iProUP que le permite al país contar con mayor respaldo para afrontar una eventual corrida bancaria. Actualmente, el swap con China representa cerca de la mitad de las reservas del Banco Central.
Qué puede pedir China a cambio
Claro que siempre que hay algún tema en torno a China, se cuela la trama tecnológica con sus capítulos dedicados a la imposición de nuevos estándares, rumores de espionaje, la guerra con Estados Unidos y el tan polémico 5G.Te puede interesar
Por lo pronto, dirimir qué nación impondrá el “modelo” 5G a nivel global es un tema tan sensible como trascendental, ya que podrá controlar buena parte de los datos que circulan en el planeta.
“Se dirime el acceso a la red como fuente de información y como herramienta de presión comercial y geopolítica para el país fabricante. El debate pasa por terminar eligiendo quién te va a espiar“, sentencia a iProUP Emmanuel Jaffrott, consultor y doctor en telecomunicaciones.
“El tema es clave en cualquier sociedad moderna, ya que no sólo estamos hablando de personas con celulares sino de la posibilidad de conectar todos los objetos. El planteo de EE.UU. es no ceder infraestructura estratégica y sensible a quien pueda usarla en su contra”, señala a iProUP Enrique Carrier, experto en telecomunicaciones
En efecto, China tiene un interés explícito en que Huawei sea la empresa que lleve adelante el despliegue de la próxima generación de telecomunicaciones en Argentina.
Además, la renovación del swap se da en paralelo al encuentro mantenido entre el jefe de Gabinete de la Cancillería, Guillermo Justo Chaves, y el Secretario de Negociaciones Económicas Internacionales, Jorge Neme con Steven Chen Shiqing, CEO de Huawei en Argentina.
Giusto explica que la potencia oriental tiene un interés estratégico en ser proveedor principal de esta tecnología en Latinoamérica y existe una fuerte disputa que ya se está dando con el resto de los proveedores en Europa, Sudeste Asiático, y llegará más tarde a África y la región.
“Huawei ya es proveedor de los principales operadores de telefonía en Argentina. De todos modos, estamos un paso atrás en relación a otros países como, Brasil que posiblemente sea el primero que avance en ese sentido”, afirma Giusto.
Más allá de las telecomunicaciones, existen al menos dos razones fundamentales por cuales la nación albiceleste se presenta como una aliada estratégica para Beijing:
- Es gran proveedora de materias primas que el país asiático necesita, entre ellas soja y derivados
- Es un país importante desde el punto de vista de la provisión de energía y socio fundamental en materia aeroespacial
Los analistas entienden que el 5G no sólo será una fuente para recopilar información de inteligencia, sino también uno de los campos en los que desatará la ciberguerra. Es decir, ataques ejecutados a distancia contra la infraestructura crítica de naciones y compañías.
Para Giusto, ya estamos en una ciberguerra. “La diferencia es que no son batallas declaradas, con soldados, tanques o aviones sino que los ataques se disparan desde agencias de inteligencia privadas para que no se sepa de dónde provienen”, explica.
Para Carrier, lo más relevante de la tecnología es que se trata de una red que permitirá conectar múltiples objetos. En ese sentido, si un país tiene acceso al control de esa infraestructura puede dejar una ciudad sin luz, sin comunicaciones o sin agua.
“Esto no empezó con Trump, aunque él lo exacerbó, sino con Obama en 2012. Con lo cual, si no gana las elecciones en noviembre, las cosas no van a cambiar mucho porque la pelea con China es parte del interés de nacional de Estados Unidos”, explica Carrier.
Recientemente, se conoció la decisión del primer ministro británico, Boris Johnson, de prohibir la participación de Huawei en el despliegue de la red 5G en ese país. Según expertos, responde a una serie de factores entre los que se cuentan:
- La presión de Estados Unidos
- La posibilidad de que China no hubiese revelado toda la verdad acerca del coronavirus
- El repudio a la Ley de Seguridad Nacional impuesta por Pekin a Hong Kong
La medida del gobierno británico se suma a la prohibición sobre el fabricante chino que rige en Australia y Nueva Zelanda. Canadá es otro de los que le cerró la puerta a la firma oriental para la construcción de sus redes de 5G, aunque no lo vetó.
Yanquis o chinos, chinos o yanquis
Esta disputa se da, además, en medio de la negociación de la deuda externa con el FMI y la pregunta clave es si el acercamiento con China podría ser malinterpretado por Washington y tener un efecto negativo en la búsqueda de un acuerdo con los acreedores.
“En términos de geopolítica, toda medida tiene un costo. Si un país se acerca a un bando, puede sufrir consecuencias con el otro. No obstante, en términos económicos”, opina Polo.
Giusto destaca que el swap no puede ser intepretado como una mala señal, pero sí el encuentro con el CEO de Huawei podría generar alguna molestia. “Cualquier avance en temas relativos a 5G, energía nuclear y aeroespacial son líneas rojas para la Casa Blanca“, remarca el experto, quien añade que hay advertencias que ya están llegando.
“Cuando a Estados Unidos no le gusta algo, lo manifiesta abiertamente. Le pasó a Macri y también le puede pasar a Fernández, más todavía porque es un gobierno que se muestra afín a China“.
En ese sentido, la posición de Argentina es complicada ya que no puede prescindir de ninguna de las dos relaciones y, en este momento de negociación de la deuda, EE.UU. es un actor clave.
“Podés decidir lo que quieras, pero va a ser difícil mantenerse neutral. Ahí se juega la posición argentina dentro de esta nueva forma de bilateralismo, chinos y yanquis, como antes era chinos y rusos. Estamos en una posición donde tanto China como Estados Unidos tienen mucho peso por distintos motivos“, asegura Carrier.
En definitiva, la Argentina mantiene un débil equilibrio entre las dos economías más poderosas. La elección, o no, del 5G chino podría hacer que se rompa.
Fuente: Iproup.com
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