Un creencia popular dice que, cuando llegan las elecciones, los políticos cambian sus discursos según las circunstancias del momento. Tal afirmación parece verse reflejada en la nueva postura adoptada por el senador estadounidense, Gary Peters.
¿Amigo o enemigo de China?
Peters, quien pertenece al Partido Demócrata, busca ser reelegido en lo que se espera será una reñida competencia electoral en noviembre para representar al estado de Michigan en el Capitolio.
En un spot de campaña, el senador se muestra crítico con el régimen comunista chino.
“Siempre he sido duro con el gobierno chino. Apoyando la prohibición de viajar a China, exigiendo la verdad sobre la propagación de COVID-19 y estoy luchando para recuperar la producción de medicamentos y suministros médicos de China, para que nunca seamos rehenes”, dice Peters.
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Sin embargo, sus apariciones públicas, hasta no hace mucho, distaban enormemente acerca de su apreciación hacia el Partido Comunista Chino (PCCh).
De hecho, el demócrata de Michigan elogió la “respuesta” del PCCh en la primera etapa de propagación del coronavirus, también llamado Virus PCCh, afirmando que el gobierno chino “instituyó algunas acciones muy, muy agresivas en la provincia de Wuhan”.
El notorio cambio de discurso de Peters también quedó en evidencia cuando, en consonancia con la postura de sus colegas del Partido Demócrata, se opuso a la prohibición de viajar a China, sancionada por la Administración Trump.
Sin embargo, una vez que vio la efectividad de la propuesta de la Casa Blanca, el Senador Peters cambió rápidamente su mirada afirmando ser un firme partidario de la misma.
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Doble discurso progresista
Las contradicciones de Peters acerca de China no solo se manifiestan en su evidente cambio de discurso, sino que se ven aún más acentuadas en el propio financiamiento que está recibiendo su campaña electoral.
El senador demócrata recibió al menos 67.500 dólares en concepto de donaciones de empresas vinculadas directamente a China o que inclusive reciben dinero del gobierno chino.
A continuación, se detallan brevemente tales donaciones, registradas por el Centro para una Política Reactiva, una ONG que sigue el dinero que se usa en las elecciones.
- 19.400 dólares de los empleados del bufete de abogados Brownstein Hyatt Farber Schreck, entidad registrada como agente de la empresa tecnológica china Fujian Jinhua Integrated Circuit Co.
- 22.200 dólares de los empleados de Capitol Counsel LLC, empresa registrada tanto en la Fundación de Intercambio Chino-Estadounidense como en la Fundación Transpacífica EE. UU.-China. Ambas entidades están identificadas como agentes extranjeros chinos.
- 5.500 dólares de los empleados del Grupo BGR, empresa bipartidista de cabildeo que también está inscrita en la Fundación de Intercambio Chino-Estadounidense.
- 1.900 dólares de los empleados de Pillsbury Winthrop Shaw, bufete de abogados registrado como agente extranjero de la compañía china iFLYTEK Co.
- 16.000 dólares de los empleados de Patton Boggs, bufete de abogados registrado como agente extranjero de la Embajada de la República Popular de China.
- 2.000 dólares de los empleados del bufete internacional Steptoe & Johnson, que también figura en la lista de la Fujian Jinhua Integrated Circuit Co.
- 500 dólares de los empleados de Levick, firma de relaciones públicas registrada como agente extranjero de la Corporación China Telecom (Américas).
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“Gary Peters habla duramente de China en los anuncios de televisión que fueron financiados en parte por las contribuciones de los grupos de presión que trabajan para el gobierno chino”, destaca Tori Sachs, consultor de Better Future MI Fund.
“Peters es solo otro político que dice lo que sea para ser reelegido”, apunta Sachs. En cuatro meses se sabrá si la estrategia de Peters tuvo éxito o si los electores de Michigan se dieron cuenta de su evidente cambio de discurso.
Miguel Díaz