La Asamblea Mundial de la Salud (AMS), el órgano rector de la OMS, aprobó recientemente una resolución en la que se pide una evaluación imparcial de las respuestas a la pandemia de coronavirus. Esta iniciativa, propuesta por Australia y otros países, ha recibido el apoyo de 122 países, según informó The Guardian el 18 de mayo en un artículo titulado “Australia elogia el apoyo mundial a la investigación independiente sobre el coronavirus”.
Esto forma parte de los esfuerzos cada vez mayores de la comunidad internacional por responsabilizar al partido comunista chino (PCCh) por su mala gestión del brote de coronavirus. Como resultado de su continuo encubrimiento y desinformación, casi 6 millones de personas en el mundo han sido infectadas y más de 365.000 han perdido la vida, hasta la fecha.
Los Estados Unidos, que tienen el mayor número de casos de infección y muertes notificadas, han estado evaluando su relación con el PCCh. Un informe publicado por la Casa Blanca el 20 de mayo analizó cómo el PCCh había aprovechado la sociedad libre para reformar el sistema internacional a su favor y propuso soluciones para abordar este tema.
Apoyo global para la investigación del coronavirus
En la resolución de la AMS se insta al director general a que inicie “un proceso gradual de evaluación imparcial, independiente y exhaustiva, que incluya la utilización de los mecanismos existentes, según proceda, para examinar la experiencia adquirida y las enseñanzas extraídas de la respuesta sanitaria internacional coordinada por la OMS al Covid-19, incluida la eficacia de los mecanismos de que dispone la OMS”.
La resolución pide una revisión sistémica de la respuesta del mundo al Covid-19. Según el artículo de The Guardian, la resolución ha sido apoyada por 122 países, incluidos los miembros de la Unión Europea y el Grupo Africano, el Reino Unido, Rusia, Canadá, Australia y Nueva Zelanda.
Australia es uno de los primeros copatrocinadores y su ministra de relaciones exteriores Marise Payne dijo que la resolución incluye los tres elementos principales que su gobierno había solicitado. Es decir, la revisión debe ser “imparcial, independiente y exhaustiva”.
La primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, dijo que su país también respalda la petición. “No estamos interesados en la culpa; no estamos interesados en ningún tipo de caza de brujas; solo estamos interesados en aprender”, dijo en una entrevista con Sky News.
En respuesta a la resolución, China anunció un arancel del 80% sobre la cebada australiana. El Ministro Federal de Agricultura de Australia, David Littleproud, dijo que Australia no está en una guerra comercial con China y no tomará represalias.
Dentro de China, el ejército de Internet del PCCh publicó muchos mensajes sobre este tema. “¿Cerrarán [Australia y Estados Unidos] la puerta a China?”, un mensaje con fuerte nacionalismo dice: “Sin China, ¡¿qué comerán?!”.
Posteriormente, la AMS aprobó formalmente la resolución por unanimidad, informó ABC News en Australia el 19 de mayo. “Estamos en el comienzo de este proceso y tenemos que avanzar con la OMS, con los miembros de la OMS, en cuanto a cómo se verá esto”, dijo la Ministra de Relaciones Exteriores Marise Payne.
Secretario de los Estados Unidos: Subestimamos la hostilidad de Beijing hacia las naciones libres
Durante una rueda de prensa el 20 de mayo, el secretario de EE. UU. Mike Pompeo señaló que “el enfoque de los medios de comunicación en la actual pandemia corre el riesgo de perder la visión más amplia del desafío que representa el partido comunista chino”.
Dijo: “China ha sido gobernada desde 1949 por un régimen brutal y autoritario, un régimen comunista. Durante varias décadas, pensamos que el régimen se volvería más parecido a nosotros a través del comercio, los intercambios científicos, el alcance diplomático, permitiéndoles entrar en la OMC como nación en desarrollo. Eso no ocurrió”.
“Subestimamos enormemente el grado en que Beijing es ideológica y políticamente hostil a las naciones libres. El mundo entero está despertando a ese hecho”.
Según un informe de Pew, el 66% de los estadounidenses tienen una visión desfavorable de China, lo que se debe a “la pérdida de puestos de trabajo y al déficit comercial con China”, así como a sus abusos de los derechos humanos y a la degradación del medio ambiente.
Pompeo señaló que la hostilidad del régimen comunista chino hacia el mundo libre radica en su propia naturaleza, y “la naturaleza de ese régimen no es nueva”.
Añadió que, “La respuesta del partido comunista chino al brote de COVID-19 en Wuhan ha acelerado nuestra comprensión más realista de la China comunista”.
Informe de la Casa Blanca: No vale la pena comprometerse con Beijing por el simbolismo y la ostentación
El informe de 16 páginas de la Casa Blanca, “Enfoque estratégico de los Estados Unidos hacia la república popular de China”, examinó la relación diplomática con China desde 1979. “El rápido desarrollo económico de la RPC y su creciente compromiso con el mundo no condujeron a la convergencia con el orden centrado en el ciudadano, libre y abierto”, escribió el informe, “Beijing reconoce abiertamente que busca transformar el orden internacional para alinearlo con los intereses e ideología del PCCh”.
El informe señalaba que “el uso cada vez mayor del poder económico, político y militar por parte del PCCh para obligar a los estados nacionales a dar su consentimiento perjudica los intereses vitales de los Estados Unidos y socava la soberanía y la dignidad de los países e individuos de todo el mundo”.
El informe citaba la Estrategia de Seguridad Nacional de los Estados Unidos de América (NSS) de 2017, que tiene por objeto: “1) proteger al pueblo estadounidense, la patria y el modo de vida; 2) promover la prosperidad de los Estados Unidos; 3) preservar la paz mediante la fuerza; y 4) fomentar la influencia estadounidense”.
Como resultado de la pandemia del coronavirus, los EE. UU. están sufriendo una tasa de desempleo del 14,7%, más alta que en cualquier otro momento desde la Gran Depresión de la década de 1930.
Fuente: Minghui.org.
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