Redacción Tierra Pura
El presidente de Tanzania, John Magufuli, ha sido noticia el último tiempo por varios temas involucrados al nuevo coronavirus de Wuhan (también conocido como virus PCCh (en referencia al Partido Comunista chino).
Magufuli tuvo el valor de enfrentarse a la OMS y de descubrir un gran fraude con los test de pruebas rápidos, cuando envió pruebas ‘ciegas’ con nombres de personas a examinar, las cuales correspondían a una cabra y una papaya y ambas dieron positivo.
El presidente tanzano también rechazó un préstamo ofrecido a su país por el Partido Comunista chino de 10 mil millones de dólares diciendo: «Solo un borracho aceptaría estos términos», siendo uno de los pocos gobernantes lúcidos como para rechazar a tiempo condiciones que endeudarían al país por muchos años y que son solo provechosas para el PCCh (Partido Comunista chino).
También Magufuli ha sido noticia recientemente por recomendar remedios naturales para combatir el coronavirus e instar a las personas que sean creyentes y que recen. Esto fue criticado por la mayoría de los medios de comunicación, quienes lo tildan de irresponsable. Sin embargo ¿es el camino de la ciencia y la medicina moderna la solución para combatir este virus PCCh (virus del partido comunista chino)? No todos están de acuerdo con eso.
El presidente tanzano es un hombre de fe, él dijo que su hijo se curó del virus PCCh usando solo remedios naturales de limón y jengibre y avanzó en medidas para reabrir el país porque afirma que la oración está ayudando a bajar la cantidad de casos de coronavirus en su país.
De acuerdo con un reporte del diario local The Citizen, Magufuli afirmó que en Tanzania los casos se están reduciendo masivamente gracias a la intervención divina y en respuesta a los rezos de los tanzanos, una práctica que él ha alentado desde el principio como herramienta de lucha contra la pandemia.
Magufuli avanzó que planea ya una reapertura de centros educativos, así como la reactivación del deporte.Tanzania registra hasta la fecha 509 casos de infectados, 183 recuperados y solo 21 fallecidos.
Las limitaciones de la ciencia y el poder de la fe
A través de la ciencia, el hombre se ha encerrado a sí mismo en su comprensión del cuerpo humano y la vida, limitándose solo a un marco que la mente humana y los instrumentos modernos pueden llegar a comprender. Desesperadas por evitar el desastre, las personas de hoy en día se aferran a la ciencia moderna para buscar respuestas y la solución a través de una vacuna.
¿Es tan descabellado lo que dijo el presidente de Tanzania como para que la mayoría de los medios de comunicación lo ridiculicen y lo tomen como irresponsable?
Él cree en un camino alternativo de medicina natural y en el poder de la oración, mientras que hay hechos que demuestran que “la fe mueve montañas”.
El presidente de los Estados Unidos EE. UU. Donald Trump también le da mucho peso a la oración. Él proclamó el 7 de mayo de 2020 como Día Nacional de Oración. “Durante las últimas semanas y meses, nuestras cabezas se han inclinado ante lugares fuera de nuestras casas de culto típicas, susurrando en soledad silenciosa para que Dios renueve nuestro espíritu y nos lleve a través de dificultades imprevistas y aparentemente insoportables”, dijo el mandatario en un comunicado.
Asimismo el presidente pidió que, más aún en este tiempo, las personas sigan manteniendo su espíritu de oración y fe.
Hay numerosos registros históricos de fuertes epidemias que han podido revertirse con un giro en el corazón de las personas.
Por ejemplo, durante el antiguo Imperio Romano, varias plagas estallaron después de que Nerón y sus sucesores persiguieron a los cristianos.
En el año 680, la gente comenzó a reflexionar sobre la crueldad contra los cristianos, así como el declive moral general de la sociedad. Ese año, los ciudadanos de Roma llevaron los huesos de San Sebastián (mártir golpeado hasta morir) en una procesión por las calles. Mientras la gente se arrepentía de sus malas acciones, la plaga desapareció milagrosamente de Roma.
Cuando una plaga estalló en Venecia en 1575, murieron alrededor de 50.000 personas; de manera similar, una plaga ocurrió en Lisboa en 1599. En ambos casos, la gente marchó con los huesos de personas santas en arrepentimiento y las plagas desaparecieron casi inmediatamente.
En Alemania, hay un pequeño pueblo llamado Oberammergau en el sur de Baviera. El poblado tiene unas 5.254 personas. Aunque es muy pequeño, este pueblo ha sido famoso por realizar “La Pasión de Cristo” una vez cada diez años.
La historia de la obra de la pasión se remonta al siglo XVII cuando Europa fue golpeada por una plaga devastadora. Oberammergau no fue la excepción, uno de cada diez de sus residentes murió por la peste.
En 1633, un sacerdote católico local, un creyente devoto, llevó a la gente local a hacer una promesa de que, si Dios mostraba misericordia a su pueblo y los ayudaba durante el desastre, organizarían una presentación sobre la Crucifixión de Jesucristo una vez cada diez años.
Un milagro sucedió, y desde ese día, nadie más murió debido a la peste negra en el pequeño pueblo. A partir de 1634, la pequeña ciudad ha presentado la obra teatral “La Pasión de Cristo” una vez cada diez años, y la tradición se ha mantenido hasta la fecha.
Cientos de años después, cuando la pandemia del coronavirus se ha extendido a casi todos los rincones de la Tierra hoy, la pequeña ciudad bávara de Oberammergau aún no ha informado de un solo caso.
El antiguo pueblo chino creía que la armonía entre el Cielo, la Tierra y el hombre era esencial para una vida y una sociedad prósperas, y que cualquier discordia podía dar lugar a desgracias como plagas, desastres naturales y guerras. Una vez que esa armonía se restablecía, el enfermo o la sociedad se curaban.
La pandemia de hoy en día
La actual pandemia de coronavirus comenzó en diciembre de 2019 en Wuhan (China). El partido comunista chino (PCCh) encubrió el brote inicial, castigó a los que trataron de avisar a la sociedad y engañó al público con mentiras, lo que finalmente permitió que la epidemia se extendiera rápidamente al resto del mundo. Debido al papel del PCCh en la pandemia, algunos se refieren a la enfermedad como el virus PCCh.
Incluso antes de esta pandemia, los historiadores registraron que el comunismo -de naturaleza atea y combativa -causó alrededor de 100 millones de muertes antinaturales en Rusia y China junto con otros países comunistas. Hoy en día, las violaciones de los derechos humanos llevadas a cabo por el PCCh continúan y su infiltración en la sociedad occidental se ha intensificado.
De hecho, las estadísticas han demostrado que los países, las comunidades y los individuos que tienen vínculos estrechos con el régimen del PCCh son muy susceptibles a atraer el virus.
Por ello, distanciarnos del ateo PCCh y ponernos del lado de la bondad puede ser invaluable para nuestra salud y seguridad.
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