En medio del panorama de crisis que se cierne sobre una gran parte de la población mundial conforme se extiende el coronavirus de Wuhan, la economía ha sido uno de los ámbitos que más se ha visto afectado. Ahora hay una latente preocupación sobre las medidas que podría estar consintiendo China justo cuando ha anunciado un control sobre el brote del virus.
En los últimos años, Estados Unidos ha implementado una estrategia arancelaria para hacer frente al desmesurado avance de China en el plano económico, el cual ha sido permeado por el efecto de sus prácticas desleales, pretendiendo cooptar el mercado internacional bajo su perfil como proveedor de productos y activo prestamista.
Por el momento, con el ánimo de proteger a las empresas estadounidenses, los esfuerzos de la administración Trump y las negociaciones activas con su par asiático han dado fruto a un acuerdo de primera fase que promete una perspectiva económica más equilibrada.
Sin embargo, al día de hoy la amenaza que se cierne sobre occidente ante una posible recesión económica por el impacto que ha causado el coronavirus de Wuhan es inminente. Paralelamente China se proyecta como el primer país que logra controlar el brote del virus (aunque se sabe que esta no es la verdad).
Ahora los mercados del mundo se encuentran más vulnerables y parece ser óptimo para el avance de la economía del régimen chino. Como señala una columna de opinión del Washington Post, China pretende buscar más inversión extranjera directa, tomar la cuota de mercado en industrias críticas y tratar de detener a Occidente para que no sea rival para su mal comportamiento.
Según un documento emitido por la firma consultora Horizon Advisory, encargada de rastrear la actividad económica del régimen chino, “Beijing tiene la intención de revertir los esfuerzos recientes de los Estados Unidos para contrarrestar la presencia internacional subversiva de China; al mismo tiempo, reducir las relaciones entre Estados Unidos y Europa”.
El columnista Josh Rogin, explica que luego de la crisis financiera del 2008, Beijing sacó provecho para impulsar sus emblemáticas empresas nacionales a través de grandes subsidios y el robo de propiedad intelectual.
“China planea sobreproducir varios productos para inundar el mercado y aumentar su participación en el mismo mientras las empresas occidentales están a sus espaldas”, señala Rogin.
Al mismo tiempo el país asiático podría terminar de consolidar su imagen como un paraíso fiscal para el capital de las empresas en el extranjero en caso de imponerse ante el mercado luego de haber controlado la crisis del coronavirus de Wuhan.
Según la cofundadora de Horizon Advisory, Emily de La Bruyere, “China tiene un plan estratégico de larga data que se centra en la cooptación de nodos y sistemas en los que cree que puede reclamar poder coercitivo sobre los Estados Unidos y el sistema global”.
“Ahora que el mundo se está cerrando, China ve su oportunidad de moverse mucho más rápida y agresivamente a esos nodos y sistemas”, agrega La Bruyere.
De ese modo, en la eventual recesión económica las medidas del régimen chino podrían impulsar una imagen benigna, más aún ahora cuando la producción de suministros médicos y productos farmacéuticos confronta la capacidad de producción de los Estados Unidos.
Paralelamente, China planea acaparar el mercado de la tecnología a nivel global a través del servicio de la cuestionada red inalámbrica 5G, posicionándolo como un fuerte competidor. Sin mencionar que su principal representante, la multinacional Huawei, ha sido señalada de tener relaciones estrechas con agencias de inteligencia del régimen chino.
Como señala Rogin, “los comentaristas chinos en los medios estatales piden la expansión de las empresas chinas después del coronavirus en el extranjero, especialmente en sectores clave como 5G, ferrocarril de alta velocidad, vehículos de nueva energía, inteligencia artificial e Internet industrial”.
“Es irónico, pero debido a que China fue el primer país en tratar el coronavirus, ahora está por delante de la mayoría del mundo en términos de contención y recuperación”, apunta el columnista, quien agrega que mientras los trabajadores chinos regresan a las empresas, las economías de Estados Unidos y Europa están cerrando.
De acuerdo con Rogin, “la estrategia de la administración Trump no es divorciarse de nuestras dos economías, sino obligar a China a cumplir con las reglas y competir de manera justa, mientras protege a nuestras industrias de sus actividades malignas”.
“No podemos sacrificar la competencia económica a largo plazo con China debido a esta grave pero temporal crisis de salud”, agregó el columnista.
Fuente: https://bles.com/mundo/viciosa-estrategia-regimen-chino-liderar-economia-mundial-pandemia.html